Restos absurdos

RESTOS ABSURDOS

Lo sonoro es territorio. 
El territorio que no se contempla.
El territorio sin paisaje.
Pascal Quignard

Comenzó con tu llanto,
como esquirla del cielo,
cualquier episodio
como el de tu voz,
ya lo dije.
—No quiero saber, no quisiera saber.
Deletree cada acento,
cada refugio en el sonido.
Sólo cuando pude escucharlo.
Hasta hoy tuve fortuna,
al descifrar tus palabras,
sin restos absurdos de una lengua conocida.

El cielo estaba conmovido,
ese día llovió hasta la oscuridad.

Ante el amanecer, ese sonido
del ave que me despierta
todos los días:
el sonido del piano como fondo.

Existen cosas que te acarician
sin rozar tu piel, hay cosas,
vocales precisas, sí, sin tocarte,
sabores en la mesa:
plenitud de olores y formas, recuerda.

Mediha, sal a tu jardín
mira el jazmín de la abuela:
¿Puedes volver al despertar?
¿Puedes callar al ave?

¿Amanece?

M.T.

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