La neocorrupción de López Obrador

 

 En los últimos días, se intenta salvar el prestigio político de los aliados de Morena en una situación crítica como la que ha presentado la ministra de la  SCJN (Suprema Corte de Justicia  de la Nación) Yasmín Esquivel, en la cual se ha mostrado públicamente que durante la época estudiantil de la ministra hubo un acto ilícito que fue el plagio de una tesis anterior, de forma casi literal, cambiando solamente los pronombres o usos científicos para el análisis textual (el reemplazo fue del pronombre “yo” al nosotros que es un discurso típico de la academia). Sin lugar a dudas, la tesis que se exhibió hace unos días como instrumento de la complicidad del poder, eventualmente, muestra que Andrés Manuel López Obrador puede tolerar cierto índice de corrupción, siempre y cuando, sea de sus adeptos o de su grupo. La salida fácil del Presidente siempre ha sido: “pero ellos robaron más”.




"Andrés Manuel López Obrador puede tolerar cierto índice de corrupción, siempre y cuando, sea de sus adeptos o de su grupo". 


Les daré un ejemplo. No diré más que lo que vi durante mi estancia con Morena participando en un grupo que lideraba Martí Batres y que tenía como parte de su grupo político a César Cravioto. Dentro de las filas de la organización había una líder de en la denominada delegación Tlalpan. No diré su nombre porque aún participa del poder. Ella desviaba el reparto de las despensas para una institución llamada IASIS que asistía a la gente de la calle, a madres solteras y agente en estado de vulnerabilidad. Cada vez que se podía esta líder vinculada con otro apellidado Cervantes. Ella tomaba parte de los apoyos físicos institucionales en forma de paquetes de despensa para formar nuevos paquetes, los cuales, se destinaban a su asociación civil, montando una falsa idea de ayuda social con la asistencia del gobierno local. Hasta allí todo va bien, siempre y cuando no se cobrase la ayuda que se hacía las comunidades pobres de esa Delegación (hoy Alcaldía), no obstante, la supuesta líder repartía las despensas con una cuota de recuperación de 10 MXN. Nunca se hizo un corte de caja para saber cuál fue el beneficio económico que recibió la asociación civil y la líder sin duda aún estaría trabajando en las zonas altas de Tlalpan, buscando un beneficio político o económico para la Ciudad de México. Esa corrupción era tolerada y, sin duda, admitida por el mismo Secretario de Desarrollo Social, en aquel entonces, era Martí Batres. Ellos podrían decir, pero que son 10 MXN robados a la gente de la calle y a las madres solteras. En realidad, eso significa un desvío de recursos por parte del gobierno local en la época de Marcelo Ebrard y, específicamente, en la Secretaría de Desarrollo Social. 


"Esa corrupción era tolerada y, sin duda, admitida por el mismo Secretario de Desarrollo Social, que en aquel entonces, era Martí Batres". 


Ese hecho quedó oculto después del desaguisado entre Marcelo Ebrard y Martí Batres por la candidatura al gobierno de la Ciudad de México que se definió en favor del candidato del jefe de Gobierno en turno. Martí Batres, después de ser exhibido de manera interna con anomalías y un connato de acusación por desvío de recursos públicos, desistió de aquella pre candidatura del año 2012 y cedió a la petición del actual canciller a abandonar la contienda electoral por la Ciudad de México. Todo quedó en silencio. Les estoy hablando del aciago año de 2012, después de esto, el candidato designado fue Miguel Ángel Mancera y ya sabemos el final de esa historia. 



Raramente los políticos son desplazados de la escena pública y como lo fue en ese momento Martí Batres. Ahora ha vuelto con nuevos bríos y con generosas intenciones de ayudar a la Ciudad de México. Nunca estuve de acuerdo con el Secretario de Desarrollo Social por su cobardía y tibieza, por culpar a su gente de las ineptitudes que él mismo causaba, cuando ocupaba el cargo.


"Esa corrupción es tolerada y, ahora se ha dejado atrás, porque han pasado diez años de aquellos hechos. Morena en esa época era solo una corriente política dentro del monstruo llamado PRD. Ahora, siendo un partido autónomo, y con el poder a su merced, obviamente, hará que esta memoria 'corrupta menor' sea olvidada porque es incomparable con la 'corrupción neoliberal'" .


Tanto César Cravioto como Martí Batres siguen siendo cuadros importantes para el gobierno de la Ciudad de México, el primero se instaló en el fideicomiso para la recuperación de la Ciudad de México después del sismo del 2017 y, el segundo, ahora es el flamante secretario de gobierno de Claudia Sheinbaum. Esa corrupción es tolerada y, ahora se ha dejado atrás, porque han pasado diez años de aquellos hechos. Morena en esa época era solo una corriente política dentro del monstruo llamado PRD. Ahora, siendo un partido autónomo, y con el poder a su merced, obviamente, hará que esta memoria “corrupta menor” sea olvidada porque es incomparable con la “corrupción neoliberal” que esta sí debe ser recordada para la memoria de los jóvenes. Muchos de ellos inexpertos en temas históricos. 


"Es decir, hay dos niveles de corrupción la 'corrupción neoliberal' que es mayor y que es la negativa y esa pequeña corrupción que es una “travesura” de un miembro político del partido".


Lo que está sucediendo con Morena es que, aprovechando la inexperiencia y la incapacidad mnemotécnica de los jóvenes, saca ventaja de su ingenuidad política para venderles una nueva moral aquella que es impoluta e intachable pero que admite a los de casa. Es decir, hay dos niveles de corrupción la “corrupción neoliberal” que es mayor y que es la negativa y esa pequeña corrupción que es una “travesura” de un miembro político del partido. Cabe señalar, que lo que conté arriba es un delito igual de grave que cualquiera que haya cometido algún secretario de estado en la época de Peña Nieto.



Respecto a la ministra Yasmín Esquivel podemos vislumbrar que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya sacó sus armas y comenzó el ataque contra aquellos que evidenciaron el acto: Latinus y Guillermo Sheridan.


"El verdadero resultado es el partido que el presidente López Obrador solamente ha administrado por la desilusión que generó el sistema político durante los últimos 20 años..."


Afirmando, sí, somos corruptos, pero ellos eran más por que estaban fuera de nuestro grupo. En el ámbito moral es muy fácil establecer este tipo de dualidades porque no se busca hacer lo correcto sino sólo el bien al partido, al grupo y al séquito. El bien como tal, es un efecto efímero que puede tener caducidad inmediata, lo importante es buscar lo correcto (más profundo, ya que requiere qué la elección de actos sea buena, el procedimiento sea bueno y el fin, también, sea bueno) y lo correcto no es Morena porque altera los fines para su beneficio político.

El verdadero resultado es el partido que el presidente López Obrador solamente ha administrado la desilusión que generó el sistema político durante los últimos 20 años, no ha aportado nada nuevo ni ha cambiado el esquema de corrupción que se vive en la práctica cotidiana y en las calles. A casi cinco años del gobierno de Morena no hemos visto un cambio que se demuestre como una verdadera transformación.

 

 Sí hay coincidencias…

Por otro lado, en la mañanera del 26/12/2022 el Presidente López obrador afirmó lo siguiente:

“Sí hay coincidencias, de que es una copia, de eso no hay duda, lo hay que ver es quién copió a quién, quién plagió a quién y hacer la investigación. Pero que bien que la UNAM va a resolver este asunto y se aclare, y ojalá lo haga pronto, antes del día 2 (de enero)”, anunció el Presidente.

El Presidente tuvo que admitir que la tesis de la ministra tenía un alto índice de plagio sin embargo también quiso aclarar en esos dichos que la ministra no está vinculada con el movimiento de la cuatro t. No obstante, han aparecido en medios digitales como Infobae o Expansion Política, la asociación de la ministra con los intereses del gobierno de López Obrador. El presidente, aparentemente se deslinda, pero defiende a la ministra vituperado a sus opositores. ¿Dónde estaba Guillermo Sheridan cuando Calderón gobernaba? ¿Dónde estaba el investigador cuando Peña Nieto plagiaba?

En los últimos días, inclusive la Fiscalía de la Ciudad de México  ha dado su punto de vista y ha dicho a medios: "El dictamen de la dependencia a cargo de Ernestina Godoy, resultado de la denuncia presentada por Esquivel, establece que quien plagió su tesis fue Edgar Ulises Báez" (El financiero, 2 de enero de 2022). 

Ahora, a su vez, los periodistas afines al gobierno, se encargan de vituperar a la familia del investigador como es el caso de Ricardo Sevilla que en un tweet embate contra Guillermo Sheridan:

"Apelando a la bondad original de recibir un beneficio y respaldar al líder por ello, sin embargo, hemos olvidado que ese dinero es público, es decir, pertenece a todos los mexicanos; no están regalando nada, solo administran la pobreza de nuestra conciencia colectiva".

Pareciera el viejo discurso de “esta bien yo soy corrupto, pero ellos fueron más todavía” vertido como una típica discusión infantil entre dos individuos de mentes poco maduras. López Obrador ha recurrido este recurso apelando a la conciencia colectiva que se ha visto disminuida en los últimos tiempos por la confianza que se tiene en el gobierno y la incapacidad de crítica ante los apoyos económicos, las prebendas sociales, los regalos (como ejemplo, proyectos a los adultos mayores, los apoyos a los adolescentes y a los estudiantes universitarios). Sin duda, con el dinero se han neutralizado su conciencia y por lo tanto su capacidad crítica. Apelando a la bondad original de recibir un beneficio y respaldar al líder por ello, sin embargo, hemos olvidado que ese dinero es público, es decir, pertenece a todos los mexicanos; no están regalando nada, solo administran la pobreza de nuestra conciencia colectiva.

Resulta bastante triste la cortedad de los críticos, que no han vislumbrado una estrategia inventada desde los años 70 en el siglo anterior y sea ahora la que opere en los distintos niveles institucionales del país. La escuela príista de Andrés Manuel López obrador no se ha dejado atrás, ya que una de las viejas prácticas de ese adefesio político que es el PRI (Partido Revolucionario Institucional), fue defender a toda costa a aquellos que eran asociados a la ideología y defendían la estafeta política de la agrupación. Así sucede con la ministra Yasmín Esquivel que en estos momentos está montando su defensa ante la inminente muestra de corrupción. Lo más grave de todo ello es que implica la honestidad de académicos e investigadores que, históricamente, han sido vinculados con la máxima casa de estudios como la UNAM.

Es obvio, en este país nadie se puede separar de la corrupción, la corrupción y los mexicanos están vinculados históricamente desde la época de la conquista. Para explicarlo basta solo una breve cita: el primer acto registrado en América que tiene tintes de corrupción fue un pago que emitió para adquirir su libertad Hernán Cortés, cuando fue prisionero en un barco por orden de Diego de Velázquez. El conquistador pagó a su carcelero y adquirió inmediatamente la liberación de sus grilletes y regresó a la vida pública de Cuba del siglo XVI. Esa será (¿o fue?) otra historia.


 Miguel Tonhatiu Ortega 


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