Poema

El rostro de Asterión

Se puede detener
sumando las palabras,
se puede salir, Ariadna.
Tu amor no es el único monstruo.
Hay en mi razón
el recuerdo de la miseria:
El rostro de Asterión.
Tu amor no es el único.
Los dioses del perfil
esperan la cabeza de la bestia.
Tal vez, sea él, un poco más.
Tal vez, esto se repite.
Tu último amante
también fue devorado.
Volveré por tu hilo
a celebrar ese oro de copas.
Se puede detener:
ésa es la trama;
¿quién fue tu padre?
Ahora, él permitirá que le corte
de tajo la cabeza.
Ya no se puede detener,
Ariadna.

M.T.

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