"Busco los sueños donde ella aparece y le digo: 'Vadeo tu cuerpo en silencio. Lo imagino, antes de tocarlo.' Ella no me responde. No he despertado. Es el fin." M.T.
"En una botella de whisky estaban inscritas las siguientes palabras: quien entre aquí deberá perder toda esperanza y un nombre (Dante). ¿Habré bebido demasiado?". M.T.
"La tragedia escinde al hombre: antes de contemplarla el hombre es la unidad viva, se recrea con su individualidad y es casi un párvulo; después de contemplar una obra trágica, el hombre pierde esa transparencia, deja de lado su ingenuidad y contempla el mundo desde la caída. Finalmente, deja de ser el mismo." M.T.
"En el espacio onírico sólo la tragedia marca una diferencia, la tragedia la escriben los grandes hombres; son argumentos con asuntos elevados que tienen una fuerza divina. ¿Será, acaso,de la misma naturaleza del sueño simbólico? ¿Será que son esos símbolos los que nos unen con aquellos grandes hombres, tanto, que ahora nos siguen conmoviendo con sus tramas?" M.T.
"Nadie despierta en medio del sueño de una tragedia. Quien lo hiciese será vuelto un personaje y sufrirá el castigo impuesto por el Hado. Nadie quiere despertar en la mitad de una tragedia, nadie." M.T.
"Alguien me dijo el nombre de la tragedia. Lo pronuncié ante la luz ámbar. Luego, en un sueño, lo vi escrito en letras doradas; miré a Edipo tratando de borrarlo, él aún estaba ciego." M.T.
"El asombro por lo minúsculo es el mismo que debemos sentir por el cosmos. Alguien que escuche una melodía está oyendo, en realidad, la microcomposición del universo: el sonido de los astros al caer". M.T.
"Descubrí en esta cita la esencia de una actitud humana, casi mía: 'Hay en mí un vacío atroz, una indiferencia que me hace daño... '; después de esto pensé que Albert Camus sólo jugaba, se adelantó a Cioran". M.T.
Camus citando a Constant: "Horrible peligro que la política de los negocios americana y la inconsistente civilización de los intelectuales lleguen a unirse".
La mentira tiene un hilo secreto que reconstruye la esencia del hombre. La negación de la verdad es su destino último. Necesita negarse, para revocar su realidad, para convertirla en otra cosa. El ego es una gran mentira escuchada por la familia, los amigos y la sociedad. Tenemos que mentirnos para seguir vivos, tenemos que negarnos continuamente si no no estaremos satisfechos en la hora de la muerte. El último estertor es nuestra principal mentira. M.T.
Para resarcir el desastre provocado por un cambio, una ruptura intensa y destructiva, hay que mentir en pequeñas cantidades, día a día: una breve palabra como una dulce negación; así pronto habrá nuevos representantes de la falsía sin importar los muertos y la atrocidad de aquellos decesos provocados por la ausencia de verdad. La mentira debe prevalecer ante todo y ante todos. M.T.
La falsedad no cumple el canon de mentira, sólo aquel artilugio que sirve para continuar el discurso puede pasar por mentira fidedigna, poderosa y verosímil. En la falsedad no hay literatura, sólo burdas palabras sin coherencia, casi irracionales y, por lo tanto, alejadas de la realidad. Su pureza, edificada con cualidad verosímil, debiera colocar a la mentira en el nivel de una obra de arte. M.T.
La cura, a veces, es una mentira. Permite que la esperanza surja de un lugar donde la derrota ha dejado su huella y ha enfermado el tejido semántico del hombre. La mentira genera una efímera esperanza, todos los días. M.T.
La mentira es la evasión de la muerte; la mentira nos aproxima a la vitalidad pura. Define con palabras la esencia errática de la vida. La muerte es objetiva e indisoluble, por lo tanto, es verdadera. El tiempo es el único que negocia entre el hombre y la muerte. La mentira provee de argumentos en esa negociación. M.T.
La verdad es efímera, se desvanece de un instante a otro como un grano que sobrevive a un fruto seco. La mentira, en ese momento, restaura y afirma la raíz que dio esa verdad. M.T.
La mentira cuando surge de una realidad opresora transforma, cambia. La ficción es la magia de ese cambio; entonces la verdad inunda y destruye. Luego la ficción reactiva la percepción: recrea. M.T.
La mentira como necesidad orgánica, vivir, sí y sólo si se miente. Los envenenados por la verdad que sigan prodigando sus poderes en las plazas públicas, todo ellos como miserables.
El hecho de mentir requiere de arte: mentir es una construcción desde el otro. Nunca se miente desde uno mismo. La definición debe venir acompañada de un señuelo, de un espejo, de un otro. Al mismo tiempo uno es el mentiroso y el mentidor. Emisor- receptor. La preparación de una mentira requiere de un instante su eleboración de muchas horas. La sociedad crea el tiempo destinado a la mentira. La mentira se recibe con algarabía entre la sociedad porque es la esperanza de la nada.