"Cuando apareciste, te ocultabas en máscaras. De vez en cuando, creí que eras oscura. Hoy, sólo te muestras en sueños. Pero tu verdadera naturaleza es esconderte como un ratoncillo. Huyes de mí para que te encuentre." M.T.
"Sin saberte, te adivino. Ven a mí como en sueños. Nunca aparezcas en vigilia porque me harás daño. Hay algo rubio y claro en tu fondo. No quiero saberlo. " M.T.
"El laberinto era una prenda de un gigante donde las grecas trazaban una camino múltiple. El gigante había muerto hace mucho. La prenda se hizo de piedra. Ya nadie saldrá se ese laberinto. Ya no hay Perseo tampoco, Borges." M.T.
Deberías volver con otro rostro. Y dirás como entonces: 'Oye bien. Un pájaro está por cantar'. Yo responderé: 'En estas tierras, piensan que quien está por morir prevé el futuro'. Y todo lo escribirá un Borges distinto. M.T.
"La belleza viene por ti, es la hora. Nunca supuse que la muerte fuera hermosa. ¿Quién le tendría miedo al amor?", dijo el narrador cuando la actriz se había ido para siempre.
"Hay un lugar donde guardo mis secretos. Una vasija antigua modelada por artesanos musulmanes. Tiene un relieve azul y brilla en la oscuridad. Solamente pueden abrirla unos ojos que tengan el mismo tono turquesa oriental. También desprende una fragancia sutil. Tú la conoces."